Published on 2025-01-29 13:37 by César Intriago
La Psicología es una anomalía para la Teoría del Cierre Categorial
La Teoría del Cierre Categorial es una teoría compleja y sistemática que busca explicar la naturaleza de las ciencias desde una perspectiva filosófica. Propone que las ciencias son construcciones históricas y sociales que alcanzan su estatuto científico a través del cierre categorial, es decir, a través de la construcción de identidades sintéticas dentro de un campo categorial. La verdad científica no es una correspondencia con una realidad externa, sino una construcción interna al campo científico.
Esta teoría tiene implicaciones tanto para la filosofía de la ciencia como para la metodología científica, ya que ofrece un marco para entender cómo se estructuran y evolucionan las ciencias. A continuación abordo el carácter problemático de la psicología bajo las metodologías α-operatorias y β-operatorias.
1. Falta de eliminación de operaciones subjetivas
La teoría del cierre categorial exige que las ciencias alcancen estratos esenciales mediante la eliminación dialéctica de las operaciones subjetivas (metodologías α-operatorias). Sin embargo, la psicología:
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Mantiene las operaciones como eje central: A diferencia de ciencias como la neurofisiología (α₁, que elimina operaciones al reducir movimientos musculares a circuitos reflejos), la psicología trabaja con operaciones fenoménicas (metodologías β-operatorias). Por ejemplo, el análisis de la conducta estudia acciones observables sin trascender a estructuras esenciales.
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No neutraliza la subjetividad: En metodologías α₂, las operaciones se integran en estructuras esenciales (ej.: normas socio-culturales en antropología). La psicología, en cambio, se estanca en la contingencia de las interacciones conductuales, como en el condicionamiento operante de Skinner, donde las respuestas dependen de refuerzos empíricos, no de leyes esenciales.
2. Ausencia de identidades sintéticas esenciales
Las ciencias humanas efectivas (α₂ᵢᵢ) construyen identidades sintéticas en estructuras morfosintácticas (ej.: gramática en lingüística). La psicología:
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Trabaja con conexiones contingentes: En lugar de leyes universales, establece relaciones funcionales temporales, como las “contingencias de reforzamiento” (Skinner) o las taxonomías de Emilio Ribes. Estas son empíricas y dependen del contexto, sin alcanzar la estabilidad de las identidades sintéticas.
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Cierre no categorial: Aunque la psicología exhibe un cierre operativo (ej.: circuitos de retroalimentación en terapia conductual), este se basa en síntesis contingentes, no en identidades esenciales. Por ejemplo, un programa de modificación conductual puede ser eficaz, pero no deriva de una teoría cerrada, sino de ajustes empíricos.
3. El individuo como problema gnoseológico
La teoría del cierre categorial concibe al individuo como soporte fenoménico neutralizable en esencias supraindividuales (ej.: normas sociales en sociología). La psicología:
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Enfoca al individuo irreductible: Estudia diferencias aspectuales no intersustituibles, como la conducta única de un sujeto en un experimento. Esto contrasta con la neutralización gnoseológica, donde las diferencias individuales se diluyen en estructuras (ej.: en economía, el “agente racional” es un modelo supraindividual).
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Psiquismo como “atmósfera” no formalizable: Según el documento, el deseo o apetito (en términos leibnizianos) actúa como nexo diamérico entre fenómenos heterogéneos, pero no puede formalizarse como contenido gnoseológico. Esto impide su integración en categorías científicas.
4. Estatus disciplinar ambiguo
El documento niega que la psicología sea ciencia (α), tecnología (aplicación de esencias) o praxiología (normas esenciales). En cambio:
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Técnica de control interconductual: Opera como un caso límite de metodologías β₂, donde el psicólogo y el sujeto interactúan en un circuito de condicionamiento mutuo (ej.: en terapia, el terapeuta modifica conductas, pero su propia práctica se ve afectada por las respuestas del paciente).
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Dependencia de normas socio-culturales: Aunque la psicología surge en contextos de superabundancia normativa (ej.: sociedades modernas con patrones conflictivos), no logra formalizar esas normas en esencias. Su objeto —el individuo psicológico— es un producto socio-cultural inestable, no una categoría científica.
5. Desbordamiento dialéctico
La psicología desborda el marco gnoseológico al priorizar:
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Tiempo conductual: A diferencia del tiempo físico o lógico, el tiempo psicológico es inherente al despliegue del deseo y la conducta (ej.: en el condicionamiento, el intervalo entre estímulo y respuesta es crucial). Este tiempo no se subsume en estructuras atemporales.
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Conexiones diaméricas: Según el esquema de Leibniz citado, el apetito actúa como vis movilizadora entre percepciones heterogéneas. En psicología, esto se traduce en interacciones no formalizables (ej.: la transferencia en psicoanálisis), que escapan a la lógica categorial.
Conclusión crítica
El documento concluye que la psicología es una anomalía dialéctica:
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No es ignorable: Su presencia evidencia límites en la teoría del cierre categorial para abordar fenómenos basados en contingencia y diferencia individual.
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Exige crítica filosófica específica: No basta con omitirla como “no ciencia”; debe analizarse como técnica socio-culturalmente situada, cuyo surgimiento responde a demandas de control en sociedades complejas.
Ejemplo clave del documento
La psicología animal, al estudiar condicionamiento en ratas, muestra una “pureza técnica” al evacuar contenidos culturales, pero aún así depende de diseños experimentales (ej.: cajas de Skinner) que reflejan normas humanas. Esto subraya su estatus híbrido entre lo empírico y lo normativo, sin alcanzar el cierre categorial.
Written by César Intriago
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